-¡Qué extraño! –dijo la muchacha, avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada! –La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! –dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos ha encerrado a los dos!
-A los dos no. A uno solo –dijo la muchacha.
Pasó a través de la puerta y desapareció. †
- ¿Por qué crees que la puerta se cerró cuando la mujer habló?
- ¿Y cómo pudo salir?
- ¿Quién crees que los encerró?