Archivo mensual: agosto 2013

Carta a un zapatero que compuso mal unos zapatos

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Debo decir que del examen que practiqué a su trabajo de reparación he sacado muy feas conclusiones. Por ejemplo, la de que usted no ama su oficio. Si usted, dejando aparte todo resentimiento, viene a mi casa y se pone a contemplar mis zapatos, ha de darme toda la razón. Mire usted qué costuras: ni un ciego podía haberlas hecho tan mal. La piel está cortada con inexplicable descuido: los bordes de las suelas son irregulares y ofrecen peligrosas aristas. Con toda seguridad, usted carece de hormas en su taller, pues mis zapatos ofrecen un aspecto indefinible. Recuerde usted, gastados y todos, conservaban ciertas líneas estéticas. Y ahora…

Pero introduzca usted su mano dentro de ellos. Palpará usted una caverna siniestra. El pie tendrá que transformarse en reptil para entrar. Y de pronto un tope; algo así como un quicio de cemento poco antes de llegar a la punta. ¿Es posible? Mis pies, señor zapatero, tienen forma de pies, son como los suyos, si es que acaso tiene usted extremidades humanas.

Pero basta ya. Le decía que usted no le tiene amor a su oficio y es cierto. Es también muy triste para usted y peligroso para sus clientes, que por cierto no tienen dinero para derrochar.

A propósito: no hablo movido por el interés. Soy pobre pero no soy mezquino. Esta carta no intenta abonarse la cantidad que yo le pagué por su obra de destrucción. Nada de eso. Le escribo sencillamente para exhortarle a amar su propio trabajo. Le cuento la tragedia de mis zapatos para infundirle respeto por ese oficio que la vida ha puesto en sus manos; por ese oficio que usted aprendió con alegría en un día de juventud… Perdón, usted es todavía joven. Cuando menos, tiene tiempo para volver a comenzar, si es que ya olvidó cómo se repara un par de calzado.

Fragmento tomado de: Arreola, Juan José. Confabulario, Joaquín Mortiz, México, pp. 161 – 162

 

  1. ¿En qué tiempo está contada la historia?
  2. ¿Qué tipo de narrador cuenta la historia?
  3. ¿Cómo es el estilo del narrador?
  4. ¿Cuál es el tono que percibes? Toma partes del texto y escribe algunos ejemplos.
  5. ¿Cuál es la intención comunicativa del texto?
  6. ¿A qué corriente literaria pertenece la obra de Juan José Arreola?

La Sentencia

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Aquella noche, en la hora de la rata, el emperador soñó que había salido de su palacio y que en la obscuridad caminaba por el jardín, bajo los árboles en flor. Algo se arrodilló a sus pies y le pidió amparo. El emperador accedió; el suplicante dijo que era un dragón y que los astros le habían revelado que al día siguiente, antes de la caída de la noche, Wei Cheng, ministro del emperador, le cortaría la cabeza. En el sueño, el emperador juró protegerlo.

     Al despertarse, el emperador preguntó por Wei Cheng. Le dijeron que no estaba en el palacio; el emperador lo mandó buscar y lo tuvo atareado el día entero, para que no matara al dragón y hacia el atardecer le propuso que jugaran al ajedrez. La partida era larga, el ministro estaba cansado y se quedó dormido.

     Un estruendo conmovió la tierra. Poco después aparecieron dos capitanes, que traían una inmensa cabeza de dragón empapada de sangre. La arrojaron a los pies del emperador y gritaron:

-¡Cayó del cielo!

Wei Cheng, que había despertado, la miró con perplejidad y observó:

-Qué raro, yo soñé que mataba un dragón así.

Wu Ch’eng – en (c. 1505 – c. 1580), “La Sentencia” en Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, Cuentos Breves y Extraordinarios. Antología, Losada, 1992.

 

Copia o imprime la lectura y responde en tu cuaderno: ¿Qué impresión te causó el cuento anterior? » ¿A qué mundo pertenece el dragón? » ¿Qué relación existe entre el estruendo y la muerte del dragón? » ¿Cambió tu idea que tenías sobre los dragones? » ¿Por qué? » ¿Por qué el cuento se llama La Sentencia? » ¿Este título te parece adecuado?

¡BIENVENIDOS, INTEGRANTES DE LA CLASE 1.13.14!

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Compañeros de los grupos 114, 117, 118 y 119, de los módulos Comunicación para la Interacción Social y Desarrollo Ciudadano: espero que esta sea la primera de muchas intervenciones electrónicas que favorezcan su aprendizaje. Sé que al principio será un poco complicado, pero estoy seguro de que lograremos el tan ansiado éxito porque, simplemente, somos los mejores.
Inician un nuevo ciclo y sólo puedo reiterarles que estaré siempre que me necesiten. Sean ambiciosos y logren todas las metas que se propongan.
Prof. Oscar Fdez. Herrera